Su profundo significado y las revelaciones que hacen sobre nuestro SER.
Las 12 Casas Astrológicas, esos misteriosos recovecos celestiales, han llegado para revelar los secretos ocultos de nuestro ser. Las 12 Casas en astrología forman el increíble tapiz cósmico que conforman nuestra carta natal y desentraña cómo cada una de estas casas arroja luz sobre nuestro destino.
Desde la intrépida Casa Uno, la representante de la personalidad y apariencia, hasta la enigmática Casa Diez, que descifra tus logros y reputación, estas casas astrológicas son un portal hacia nuestra esencia más íntima. ¿Qué cuenta la Casa Sexta acerca de tu salud y bienestar? ¿Y la Casa Séptima sobre las relaciones y asociaciones?
La carta natal, esa obra maestra celeste, es un tributo a la individualidad.
Tu carta natal es en realidad una instantánea celeste de cómo se veía el cielo cuando naciste, desde el punto de vista exacto de tu nacimiento. Las 12 casas revelan en qué parte del cielo aparecieron cada una de las luminarias (el sol y la luna) y los planetas en el día de tu nacimiento, en la ubicación específica de la Tierra donde naciste.
Estas casas representan la rotación de la Tierra en su eje durante un período de 24 horas. A medida que gira, el sol y los planetas parecen moverse a través de las 12 casas en sentido de las agujas del reloj. Nacen en el este (en el punto más alto de la primera casa, conocido como ascendente, en el lado izquierdo de tu carta), alcanzan su máximo al mediodía, y se ubican en el oeste (el lado derecho de tu carta), para luego pasar tiempo en la parte inferior del gráfico durante la noche.
Entonces, puedes considerarlo como un mapa estelar personalizado, pero es mucho más que eso. La ubicación de las luminarias y los planetas en las casas influye en tu forma de expresarte, ya que cada una de ellas representa un área específica de tu vida.
Las 12 fascinantes moradas celestiales que componen la carta natal:
- La casa 1
- La casa 2
- La casa 3
- La casa 4
- La casa 5
- La casa 6
- La casa 7
- La casa 8
- La casa 9
- La casa 10
- La casa 11
- La casa 12
La Casa Uno
El punto de partida de nuestro hogar es el ascendente. Aquí se revela nuestra esencia: cómo concebimos la vida, cómo actuamos y la imagen que proyectamos. El signo presente en el ascendente impregna todo nuestro mapa astral, influyendo en nuestra identidad personal. Imagina a alguien con ascendente en Leo, un ser creativo que deslumbra. Los planetas que residen en esta casa también desempeñan un papel destacado en el estilo de vida de cada individuo. La residencia uno también abarca nuestro nacimiento y las energías disponibles para emprender nuevos proyectos.
La Casa Dos
En la segunda casa se encuentran nuestras pertenencias más valiosas: nuestro cuerpo, nuestros recursos internos, nuestro dinero y nuestras posesiones. Esta casa representa aquello que nos brinda seguridad y estabilidad en la vida. El signo que se encuentra en la cúspide de esta casa nos muestra qué valoramos, qué deseamos y cómo manifestamos nuestra abundancia. Imagina a Júpiter, el generoso benefactor, como una varita mágica para nuestras finanzas.
La Casa Tres
La residencia número tres es el hogar de nuestros primeros vínculos, aquellos que formamos con nuestros hermanos, primos y vecinos cercanos. Aquí también se encuentran nuestras ideas, nuestra forma de comunicarnos y nuestros viajes cortos. Los signos presentes en la tercera casa nos revelan cómo nos comunicamos. Por ejemplo, Virgo en esta posición garantiza una comunicación clara y organizada.
La Casa Cuatro
El Bajo Cielo o cuarta casa es el santuario de nuestro ser interior. Es el refugio al que regresamos para reconectarnos con nuestras raíces más íntimas y esenciales. Aquí es donde reside el hogar, la familia y nuestros orígenes. Los planetas ubicados en esta posición revelan aspectos importantes de nuestra relación con nuestros padres.
Si buscas romance o una chispa creativa, simplemente dirige tu telescopio hacia la quinta casa, donde habita nuestro niño interior. Aquí es donde se manifiesta toda nuestra creatividad, ya sea en forma de una obra de arte o un hijo. Los signos presentes en esta casa expresan lo que nos hace brillar. Por ejemplo, Sagitario, un signo asociado con la expansión mental, podría indicar una pasión por los viajes o la filosofía.
La Casa Seis
Encontramos el trabajo, la rutina, la salud, el servicio y las mascotas. Aquí es donde establecemos planes, límites y disciplina para hacer realidad nuestros sueños. La presencia de un planeta como Mercurio, el mensajero de los dioses, podría elevarnos a ser excelentes comunicadores en el ámbito laboral.
La Casa Siete
Hogar alberga las virtudes y debilidades que nos cuesta reconocer, desatando proyecciones. En este espacio, nos encontramos con parejas y socios que admiramos y elegimos para complementarnos, pero también con los enemigos que reflejan nuestras propias carencias. Con Piscis en la cúspide, esta casa puede teñirse de idealización en las relaciones amorosas.
La casa Ocho
Nos desafía a pasar por un proceso de transformación, a morir para renacer. Nos invita a fusionarnos de manera íntima con otro ser, en cuerpo, mente y alma. Desde sus profundidades emergen los tabúes, los traumas infantiles y las heridas más profundas, conduciéndonos al autoconocimiento. Además, en esta casa encontraremos los recursos ajenos, como las herencias. Si Urano, el visionario, se encuentra aquí, es posible que despierte en nosotros dones psíquicos.
La Casa Nueve
Los buscadores de la verdad, aquellos que aspiran a encontrar su propósito y elevar su sabiduría, pueden hallar respuestas en la novena casa. Aquí florecen la religión, la filosofía, los estudios superiores y los viajes largos. Si encontramos a Marte, nuestro guerrero interior, posicionado en esta casa, esto podría indicar que tenemos la fuerza y el vigor necesarios para construir un imperio editorial, que se vincula con las grandes publicaciones.
La Casa Diez
También conocida como la casa del medio cielo, es el lugar para alcanzar las metas y ambiciones profesionales. Aquí buscamos destacarnos en nuestra carrera y alcanzar el éxito público. Si encontramos a Júpiter, el planeta de la expansión, posicionado aquí, podemos tener un camino abonado para lograr un liderazgo distinguido, y abrirnos paso hacia el éxito en el ámbito profesional.
También conocida como el Medio Cielo, se despliegan nuestras ambiciones, nuestra sed de éxito y nuestra vocación. Es aquí donde mostramos al mundo quiénes somos y cómo deseamos ser reconocidos. Los astros en esta posición destacan sobre los demás, iluminando así nuestra conexión con nuestros padres y madres.
La Casa Once
Un lugar de amistades e identidad grupal, es donde anhelamos convertirnos en algo más grande en el mundo. Aquí se manifiestan las causas nobles, las ideologías políticas y hasta las revoluciones sociales. Si un signo maternal como Cáncer ocupa esta casa, es probable que sintamos la necesidad de nutrir y acoger a nuestros amigos, brindándoles protección y amor.
La Casa Doce
Experimentamos la disolución total del ego y nos sumergimos en una comunión con el inconsciente colectivo. Es aquí donde emergen memorias ancestrales, recuerdos de nuestra etapa uterina y reveladores sueños. Cualquier tipo de retiro de la sociedad, ya sea una estancia artística o una cuarentena, encuentra su hogar en la doceava casa. Si estamos bendecidos con la presencia de un signo afortunado como Sagitario, en este campo de memorias inconscientes, nuestra personalidad se exaltará y brillará con un optimismo deslumbrante.
¿Qué implica tener una gran cantidad de planetas o un stellium en la casa 12?
La respuesta a esta pregunta depende de los planetas que ocupen dicha casa. Las características, emociones, conocimientos y curiosidades que estos planetas despiertan en nosotros no nos pertenecen por completo, sino que provienen del inconsciente colectivo. Aquellos con una gran cantidad de astros en la casa 12 posiblemente desarrollen una espiritualidad elevada debido a su profunda conexión con lo divino y lo humano. No es raro encontrar personas que aseguran tener recuerdos de vidas pasadas o de su tiempo en el útero, que sienten un contacto con sus ancestros, o que tienen sueños extraordinarios. Es por esto que es común encontrar chamanes, sanadores o profesionales del mundo esotérico con una casa doce muy poblada.
Realicemos una mirada al espejo estelar y desvelemos las maravillosas verdades sobre nosotros mismo.